Cómo llegar

Por medios terrestres desde Quito, primeramente se debería tomar un bus que nos transporte hasta la frontera colombiana.  En este caso hasta la localidad fronteriza de Tulcán. Suele salir unos 12-13 dólares y se tarda unas 7 horas de viaje. Una de las mejores compañías es la Panamericana Internacional, con buenas frecuencias y asientos cómodos con Wifi.

Una vez que se llega a Tulcán, se toma un taxi que nos lleve a la frontera (no más de 2 dólares), a la última localidad ecuatoriana, Rumichaca, y en unos 15 minutos, dependiendo de la gente que haya, se ha de hacer todo el papeleo migratorio. Cruzando un puente a escasos 100 metros, estaríamos en Ipiales, Colombia. Allí tomar otro taxi (otro dólar o dos) hacia la Terminal para dirigirnos a Cali.  Unas 8 horas de viaje por unos 40.000 pesos colombianos, unos 13 euros. Diferentes compañías, subrayando el Bolivariano como una de las más respetables.

Cali

Una de las más grandes ciudades del país, siendo la capital del Valle del Cauca y un destino turístico en donde admirar la arquitectura colonial española que data de 450 años. Con alrededor de 2 millones de habitantes, su centro industrial y comercial sigue ganando peso a nivel nacional.

Museo de la Caña de Azúcar
Si se quiere conocer un poco la historia de la caña de azúcar es una visita obligada. Uno de los lugares más emblemáticos, un parque temático en toda regla para aprender y degustar su inconfundible sabor.  Generalmente abre de 9 la mañana a 4 de la tarde.

Cristo Rey
Principal mirador de Cali, que se encuentra al oeste de la ciudad. Mediante un taxi, si puede ser compartido, no saldría más de 1 o 2 euros por persona, unos 3000 pesos. La imponente vista desde este cerro te deleitará durante varias horas, incluso hasta llegar la noche. Cuenta con zona de aparcamiento y cafetería.

Barrio San Antonio
Uno de los barrios antiguos de la ciudad, lugar bohemio y lleno de restaurantes, bares y alojamientos. Casas coloniales y coloridas con el famoso Café Macondo, donde proyectan películas generalmente cada noche.  Indispensable perderse por sus calles y hablan con las gentes que las pueblan.

Parque de los Gatos

Emblema de la ciudad, mientras se recorre se observan las distintas esculturas gatunas que la inundan. Todas están realizadas por el escultor Hernando de Tejada. Lugar seguro y accesible en todo el centro histórico. Cada escultura cuenta con una descripción que realza el valor de las obras.

Mirador Sebastián Belalcazar

Otro punto panorámico, esta vez más pequeño que el de Cristo Rey, pero que merece también pisarlo para tener otras vistas de la región. Es preferible visitarlo a primera hora de la mañana o al anochecer, ya que el sol hace estragos a mediodía. Allí se encuentra la estatua de Belalcazar, fundador de Cali.

La Topa Tolondra

Quien va a Cali y no va a bailar salsa, no conoce nada. Nombrada la capital de la salsa, existen numerosos locales para mover las caderas y observar cómo los caleños hacen de este baile un arte en vivo. Este salsódromo es uno de ellos, cerca del Barrio de San Antonio y muy popular tanto para locales como extranjeros. Merece ser visitado una noche cualquiera, a poder ser durante el fin de semana.

Cerro de las Tres Cruces

Los amantes del ejercicio no deben dejar de pasar por alto este punto.  Al trote, caminando o corriendo, se va ascendiendo poco a poco para ver las increíbles vistas panorámicas de la ciudad. Se tiene que tener un mínimo de estado físico y cada uno puede subir a su propio ritmo. Es un reto difícil pero merece la pena.

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