A pocas horas de llegar a esta nueva capital americana, lo que a uno le viene primero a su cabeza son sus mundialmente conocidos sombreros veraniegos. Una sutil y fina prenda que ha aparecido en infinidad de películas y reportajes si uno se ha fijado detenidamente.
País bisagra entre Sudamérica y Centroamérica, como un gotero de hospital, también cuento con algunos datos de personas que me han ido hablando de esta capital que lleva el mismo nombre que todo el territorio nacional.
Trump y su torre de oro
Si hay otro elemento que aparentemente describa a Ciudad de Panamá serían los rascacielos. No hablamos de Nueva York ni de los situados en Oriente Medio. Aquí en el Caribe también luce un centro financiero de fuerte calado. Entre sus exponentes, uno creado por el actual presidente de EE.UU. Habrá que conocer si sigue en su dominio o como sucediera con el Canal de Panamá, ya se encuentre en manos nacionales.
Políticamente, ayer y hoy, convulsionado por la corrupción, una tónica que no he dejado de encontrarme en todo el territorio del Cono Sur y parece que no va a cambiar a medida que vaya subiendo por el continente americano. Lo que sí parece claro es que la influencia de los yankis (los estadounidenses) en esta parte del globo se hace más evidente que en otros países ya visitados. Otro punto a destripar más adelante.
Uniendo el Atlántico con el Pacífico
Inevitable no nombrar y mencionar lo que todo el mundo seguramente conoce. El Canal de Panamá, con su construcción se convirtió en una operación de ingeniería titánica durante el pasado siglo XX. Con el beneplácito otra vez de EEUU erigieron este paso que ayudó a mejorar los tratados comerciales entre diferentes países mundiales, como Japón, Alemania, India o el mismo Estados Unidos. Ampliada en dos ocasiones, sería un sacrilegio obviarla dentro de cualquier programa viajero.
Sobre la moneda, una vez más, emplean el dolar americano, aunque le llaman también Balboa, en honor a uno de los exploradores españoles que desembarcaron allí. Las temperaturas, al estar en territorio caribeño, y habiendo sucumbido en Colombia y Venezuela a una humedad de espanto, auguran algo parecido o peor. No queda más que adentrarse en territorio panameño para ir desgranando todos los aciertos y errores de un país con una posición estratégica de primer orden que quizá no goza de tanto renombre como otras de sus hermanas continentales.